El Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó en su informe de Perspectivas Económicas Globales (World Economic Outlook), correspondiente al mes de julio, sus previsiones de crecimiento global, con un ajuste a la baja, en relación con las estimaciones publicadas en el reporte anterior.
El organismo estima un crecimiento de 3,2% para 2022 y de 2,9% para 2023. En abril proyectaba un crecimiento mundial de 3,6% en 2022 y 2023. Más allá de 2023, el crecimiento mundial disminuiría a alrededor de 3,3% a mediano plazo.
«Muchos de los riesgos a la baja señalados en el informe de abril han comenzado a materializarse: Inflación mayor a la esperada, especialmente en Estados Unidos y las principales economías de Europa, está provocando un endurecimiento de las condiciones financieras mundiales», señaló Pierre-Oliver Gourinchas, consejero económico y director de investigación del Fondo.
Estimaciones para América Latina
A diferencia del resto del mundo, América Latina crecerá más de lo previsto. El Producto Interno Bruto (PIB) de la región, incluyendo el Caribe, aumentará 0,5% más de lo estimado en el reporte anterior, publicado en abril, hasta alcanzar 3% este año; pero crecerá menos de lo previsto en 2023, año en que se espera avance solo un 2%.
El crecimiento de la región se atribuye fundamentalmente a una recuperación en las principales economías. Brasil crecerá en un 1.7 por ciento este año, nueve décimas más de lo previsto en el balance previo; México incrementará sus indicadores económicos en un 2.4, cuatro décimas por encima de su proyección anterior.
Sin embargo, alertó que la inflación en la región latinoamericana podría cerrar 2022 con una tasa de dos dígitos y el nivel más alto visto en más de dos décadas. De hecho, espera que la inflación en la región alcance 12.1%, el mayor registro en los últimos 25 años. Para el 2023, la proyección es que la tasa desacelere a 8.7 %.
A su parecer, la reacción de los bancos centrales latinoamericanos ha sido adecuada para contener los efectos secundarios de la inflación, así como para anclar las expectativas a largo plazo; sin embargo, los altos niveles de inflación podrían ser persistentes tras la acumulación de «shocks» y la ampliación de las presiones sobre los precios.
Con respecto a Venezuela, no se actualizaron las estimaciones realizadas en el reporte de abril, donde el FMI proyectó que el país registrará un crecimiento del PIB de 1,5% tanto en 2022 como en 2023, y mantendrá un índice elevado de inflación, de 500% en 2022.